martes, 28 de agosto de 2012

Dejar de fumar es una putada

Buenos noches fumadores.
La fiebre y el mal estar se toman un buen recorrido por mi cuerpo, golpeando y escupiendo sobre cada parte de mi organismo, mientras ríen desaforadamente de cómo me retuerzo en el suelo de dolor.
Este mal estar provoca que no haga una de las cosas que más disfruto hacer (y no estoy hablando de la paja o comer pollo con la mano), estoy hablando de fumarme un buen cigarrillo, ese acto pequeño y tan lleno de muerte como un grupo de ancianos de Pami. Fueron muchas las veces que por mi cabeza recorrió la idea de dejar de fumar, la primera vez fue alrededor de 2 años, cuando en un acto de enamoramiento estúpido, pensando que me podría llevar a una vida más saludable o lo que sea, intente dejar este vicio que había iniciado a raíz de los nervios y la locura. Obviamente el poder de voluntad me duro un mes y medio, hasta que al primer problema heavy que se me presento ya tenía medio atado fumado en el lapso de minuto y medio.

Nuevamente intente dejar este vicio este año, cuando luego de una situación bastante complicada que me llevo a fumar en exceso, provoco que una tos perruna se hizo presente en mí, predicando mi muerte o posiblemente que tenía que aflojar un toque la mano. Pocas semanas duro este intento por varios motivos, en un principio por varias situaciones de satisfacción y alegría que merecían ser celebradas con el consumo de tabaco, sino también porque la tos ya había desaparecido, así que era momento de matarse nuevamente.

Pero no estoy acá para comentarse sobre mis 2 intentos de dejar de fumar que terminaron en un delicioso fracaso, sino para contarles una realidad que no muchos conocen. Todo muy lindo con varias imágenes que recorren facebook sobre que copado esta dejar de fumar, mira vos, posta que no me había imaginado que tan de color de rosas y que a tantos niños de África iba a hacer feliz si en vez de prenderme un pucho me ponía a donar para que las ballenas tuvieran Wifi en sus mono ambientes, mientras claro Macri puede fumar y a el no le dicen nada. El gobierno nos persigue como a leprosos, impidiéndonos fumar y obligándonos a ver en cada uno de nuestras cagas de tabaco enormes textos que dicen “Te vas a morir campeón”; lamento comunicarles que ya lo sabemos y que ustedes también se van a morir, fumen o no, y no porque nosotros disfrutamos del tabaco vamos a vivir menos, he conocido a fumadores de 70 años más saludables que el pelotudo del hijo traga sable de Cormillot, quien en un acto de ser muy hardcore debe de tomar agua de la canilla.
Pero basta de irnos por las ramas, vamos a lo que nos importa, que pasa cuando un fumador decide dejar de fumar?



* Efecto Uno: Te acordás de que tenías boca.
Suena raro, pero lo es, cuando el fumador deja de fumar se acuerda de que esta cosa debajo de nuestra nariz no solo servía para consumir cigarrillos, comida, mate y a la minita que te levantaste en el subte haciéndote el que leías un libro sobre la conexión del cuerpo y el alma mientras tenias una Condorito escondida en el medio. Empezamos a recordar que también genera algo llamado saliva, pero que está pasando, está fuera de control, litros y litros de saliva comienzan a llenar nuestra boca cada segundo de nuestra vida, y podemos sentir con total lujo de detalles como este liquido emerge por debajo de nuestra lengua y nos hace sentir que nos enmanducamos un sobrecito de gelatina Royal entero. Comenzamos a escupir todo lo que vemos, sin diferenciar entre pasto o un nene de jardín. Pero este es solamente el comienzo.

* Efecto Dos: Empezas a notar como TODO el mundo fuma
Okey, supongamos que ya vamos una semana de no fumar, podemos sentir como nuestros pulmones funcionan igual que para el ojete que siempre, pero algo en nuestras cabezas nos hace creer que vamos camino a una vida más saludable, de repente, caramba, nos quedamos sin yerba y tenemos que ir al almacén que queda a una cuadra. En este pequeño camino que realizamos mientras tarareamos el tema de esa propaganda pelotuda que vimos hace un rato nos cruzamos a un viejo fumando su pipa, tirando mas humo sobre nuestras caras que un Falcon Verde oxidado. Bien, logramos sobrevivir a la tentación de ese anciano pero notamos como en la cuadra de enfrente 3 personas caminan fumando un cigarrillo, un auto que pasa te tira una colilla que se conductor acaba de terminar a los pies, vemos como en cada paso que realizamos 4 o 5 colillas decoran las baldosas y una hermosa jovencita nos detiene a pedirnos fuego, a lo cual lo único inteligente que se nos ocurre balbucear es “No fumo, perdón”, mientras nuestro cerebro nos está insultando en idiomas que no sabíamos que existían. Todo esto en solo una cuadra de recorrido, ni te quiero explicar lo que va a pasar cuando te bajes del tren en once o empieces a caminar por corrientes en hora pico.

* Efecto Tres: Recordamos que ya no gastamos tanto dinero en puchos, pero a donde fue esa plata?
Un fumador gasta promedio 8 pesos por día en sus cigarrillos, a veces mas, a veces menos, pero vamos a redondear en el 8, porque el chiste del culo te abrocho es un crack. Ya que no estamos fumando, hacemos un cálculo de que si estábamos gastanto 8 pesos por día, en un mes serian alrededor de 240 pesos, que en un año se convierten en casi 3 lucas, nada mal, pero algo no está bien, esa plata que ya no gastamos no aparece, que ocurre? Muy simple, como ya no fumas, esos 8 pesos te los estas quemando en caramelos de menta, chupetines, chicles, yeso o cualquier cosa que te puedas llevar a la boca por el simple hecho de “tener algo en la boca” (Abstenerse de hacer un chiste de la pija, pregúntenle a una ex fumadora si ayuda y se te va a cagar de risa). Este dinero extra no nos beneficia, y hasta quizás genera que realicemos más gastos, por tener la necesidad de comprar cosas inútiles por el simple hecho de recordar que tenemos más plata.


* Efecto Cuatro: La horrible mutación corporal
Ya vamos más de dos semanas que dejamos de fumar, ya en vez de llevar un atado en la mochila llevamos 2 paquetes de los chupetines Baby Doll y 10 blíster de Beldent. Empezamos a sentir que nuestro cuerpo se prepara para liberar todas esas toxinas que durante años ingresamos en nuestro cuerpo, pero esto no va a ser ningún chiste de petizos. Primero una asquerosa tos va a atacarnos, donde en cada ataque estaremos lanzando un pulmón por la boca y si andamos medios flojos de los intestinos aconsejo apretar las nalgas. Nuestro cuerpo intenta eliminar todo esto con extraña violencia y sin consideración, vamos a transpirar por las noches, sentiremos que en algunos momentos nos va a faltar el aire, nuestras piernas se van a sentir más pesadas y en varias ocasiones ese frasco de orégano va a parecer la cosa más fumable que jamás vimos en nuestra vida. Ni se te ocurra empezar un deporte, ya que vas a cuestionarte cómo es que corrías mas en las épocas que fumabas que ahora que hace 2 semanas que no tocabas un pucho. Pero esto no termina acá.

* Efecto Cinco: Empezamos a salir
Un amigo nos invita a un bar a tomar algo, pero claro, como acostumbrábamos a ir a esos selectivos lugares donde todavía te permitían fumar en su interior, preferimos ir a otro donde no dejaban fumar. Una vez que llegamos nos sentamos, pedimos una cerveza y comenzamos a notar como de lo único que podemos hablar es de que dejamos de fumar, nuestro cerebro no puede procesar otro pensamiento que no sea ese, al punto de que hace 10 minutos que intentamos tomar cerveza del platito donde el mozo te había llevado el maní, preguntándote también a donde fue a parar el mani. Recordas que tus mayores relatos y reflexiones fueron realizados con tu compañero cigarrin bailando al ritmo de tus manos, pero ahora no tenés nada. Por algún extraño motivo alguien prende un cigarro y nadie lo detiene, esto provoca una reacción en cadena y sorpresa, 20 personas te fuman alrededor. Dejas 15 para la birra, te tomas un taxi y te vas a llorar a tu casa hasta quedarte dormido.


*Efecto Seis: No podes pensar en otra cosa
Cuando fumas te olvidas de que fumas, pueden pasar 3 horas que no te fumaste un pucho de colgado que no pasa nada, total apenas te acordas encendes uno. Pero ahora no, dejaste de fumar y cada minuto en tu vida te recuerda que en tus viejas épocas ahora estarías fumando.

* Efecto Siete: Por algún motivo estas del orto, ahora qué?
Todo fumador tuvo un motivo por el cual se inicio en este vicio, y el 80% de los casos oculta algún problema de nervios o similar entre cada una de sus pitadas. Si sos de este porcentaje te invito a seguir leyendo, si sos del otro 20% no se para que leíste todo lo que acabo de escribir, anda a fumar tus asquerosos Philip Morris o cigarros de mentando pensando que te hacen ver “Cool”.
Algo paso en tu vida y de golpe estas de mal humor, te pusiste nervioso, te fue mal en un parcial, a tu novia no le viene hace una semana teniendo en cuenta que hace un mes que no la ves o cualquier otro problema danza en nuestro cerebro, lo primero que recordamos es que en ese momento encendíamos un cigarro, ahora no tenemos nada que hacer. Los métodos de autocontrol normales no funcionan sobre nosotros, ganas de masturbarnos en ese momento no tenemos, así que lo único que ocurre es sentirnos aun peor no solamente por el hecho de que algo malo nos paso, sino de lo pelotudos que somos que dejamos de fumar. Nuestra misión camina sobre la cuerda floja.

Fumando con estilo.

*Efecto Ocho: La vida va a intentar todo para que volvamos a fumar.
Hace un mes que dejamos, nuestro cuerpo funciona peor que antes, nuestro cerebro no quiere trabajar, no tenemos noción de cuándo fue la última vez que dormimos y el ultimo recuerdo lucido que recorre nuestra mente es como empezamos golpear a una pobre vieja en la parada del colectivo porque nos tiro humo en la cara. Pero esto no nos lleva solo a las situaciones malas, ya que sabemos que en los momentos de alegría y jubilo disfrutábamos de encender un puchin para celebrar, desde algo tan básico como un abrazo, a que le metan 10 goles a Racing de visitante. Todo inevitablemente nos lleva a eso, lo extrañamos, no podemos ignorarlo.

Quien fue el idiota que dijo que dejar de fumar es fácil.

* Efecto Nueve: Welcome back
Te levantaste decidido en que este iba a ser el mejor día de tu vida luego de que decidiste dejar de fumar, te pegas el baño mas hermoso del mundo, te vestís para la ocasión, salís al exterior corriendo al kisco y te compraste 3 atados, bienvenido de nuevo, te extrañabamos.