|
Buenos noches fumadores. |
La fiebre y el mal estar se toman un buen recorrido por mi
cuerpo, golpeando y escupiendo sobre cada parte de mi organismo, mientras ríen
desaforadamente de cómo me retuerzo en el suelo de dolor.
Este mal estar provoca que no haga una de las cosas que más
disfruto hacer (y no estoy hablando de la paja o comer pollo con la mano),
estoy hablando de fumarme un buen cigarrillo, ese acto pequeño y tan lleno de
muerte como un grupo de ancianos de Pami. Fueron muchas las veces que por mi
cabeza recorrió la idea de dejar de fumar, la primera vez fue alrededor de 2
años, cuando en un acto de enamoramiento estúpido, pensando que me podría
llevar a una vida más saludable o lo que sea, intente dejar este vicio que
había iniciado a raíz de los nervios y la locura. Obviamente el poder de
voluntad me duro un mes y medio, hasta que al primer problema heavy que se me
presento ya tenía medio atado fumado en el lapso de minuto y medio.
Nuevamente intente dejar este vicio este año, cuando luego de una situación bastante complicada que me llevo a fumar en exceso, provoco que una tos
perruna se hizo presente en mí, predicando mi muerte o posiblemente
que tenía que aflojar un toque la mano. Pocas semanas duro este intento por
varios motivos, en un principio por varias situaciones de satisfacción y alegría que merecían ser celebradas con el consumo de tabaco, sino también porque la tos
ya había desaparecido, así que era momento de matarse nuevamente.
Pero no estoy acá para comentarse sobre mis 2 intentos de
dejar de fumar que terminaron en un delicioso fracaso, sino para contarles una
realidad que no muchos conocen. Todo muy lindo con varias imágenes que recorren
facebook sobre que copado esta dejar de fumar, mira vos, posta que no me había
imaginado que tan de color de rosas y que a tantos niños de África iba a hacer feliz
si en vez de prenderme un pucho me ponía a donar para que las ballenas tuvieran
Wifi en sus mono ambientes, mientras claro Macri puede fumar y a el no le dicen nada. El gobierno nos persigue como a leprosos,
impidiéndonos fumar y obligándonos a ver en cada uno de nuestras cagas de
tabaco enormes textos que dicen “Te vas a morir campeón”; lamento comunicarles
que ya lo sabemos y que ustedes también se van a morir, fumen o no, y no porque
nosotros disfrutamos del tabaco vamos a vivir menos, he conocido a fumadores de
70 años más saludables que el pelotudo del hijo traga sable de Cormillot, quien
en un acto de ser muy hardcore debe de tomar agua de la canilla.
Pero basta de irnos por las ramas, vamos a lo que nos
importa, que pasa cuando un fumador decide dejar de fumar?
* Efecto Uno: Te acordás de que tenías boca.
Suena raro, pero lo es, cuando el fumador deja de fumar se
acuerda de que esta cosa debajo de nuestra nariz no solo servía para consumir
cigarrillos, comida, mate y a la minita que te levantaste en el subte
haciéndote el que leías un libro sobre la conexión del cuerpo y el alma
mientras tenias una Condorito escondida en el medio. Empezamos a recordar que
también genera algo llamado saliva, pero que está pasando, está fuera de
control, litros y litros de saliva comienzan a llenar nuestra boca cada segundo
de nuestra vida, y podemos sentir con total lujo de detalles como este liquido
emerge por debajo de nuestra lengua y nos hace sentir que nos enmanducamos un
sobrecito de gelatina Royal entero. Comenzamos a escupir todo lo que vemos, sin
diferenciar entre pasto o un nene de jardín. Pero este es solamente el
comienzo.
* Efecto Dos: Empezas a notar como TODO el mundo fuma
Okey, supongamos que ya vamos una semana de no fumar,
podemos sentir como nuestros pulmones funcionan igual que para el ojete que
siempre, pero algo en nuestras cabezas nos hace creer que vamos camino a una
vida más saludable, de repente, caramba, nos quedamos sin yerba y tenemos que
ir al almacén que queda a una cuadra. En este pequeño camino que realizamos
mientras tarareamos el tema de esa propaganda pelotuda que vimos hace un rato
nos cruzamos a un viejo fumando su pipa, tirando mas humo sobre nuestras caras
que un Falcon Verde oxidado. Bien, logramos sobrevivir a la tentación de ese
anciano pero notamos como en la cuadra de enfrente 3 personas caminan fumando
un cigarrillo, un auto que pasa te tira una colilla que se conductor acaba de
terminar a los pies, vemos como en cada paso que realizamos 4 o 5 colillas
decoran las baldosas y una hermosa jovencita nos detiene a pedirnos fuego, a lo
cual lo único inteligente que se nos ocurre balbucear es “No fumo, perdón”,
mientras nuestro cerebro nos está insultando en idiomas que no sabíamos que
existían. Todo esto en solo una cuadra de recorrido, ni te quiero explicar lo
que va a pasar cuando te bajes del tren en once o empieces a caminar por
corrientes en hora pico.
* Efecto Tres: Recordamos que ya no gastamos tanto dinero en
puchos, pero a donde fue esa plata?
Un fumador gasta promedio 8 pesos por día en sus
cigarrillos, a veces mas, a veces menos, pero vamos a redondear en el 8, porque
el chiste del culo te abrocho es un crack. Ya que no estamos fumando, hacemos
un cálculo de que si estábamos gastanto 8 pesos por día, en un mes serian
alrededor de 240 pesos, que en un año se convierten en casi 3 lucas, nada mal,
pero algo no está bien, esa plata que ya no gastamos no aparece, que ocurre?
Muy simple, como ya no fumas, esos 8 pesos te los estas quemando en caramelos
de menta, chupetines, chicles, yeso o cualquier cosa que te puedas llevar a la
boca por el simple hecho de “tener algo en la boca” (Abstenerse de hacer un
chiste de la pija, pregúntenle a una ex fumadora si ayuda y se te va a cagar de
risa). Este dinero extra no nos beneficia, y hasta quizás genera que realicemos
más gastos, por tener la necesidad de comprar cosas inútiles por el simple
hecho de recordar que tenemos más plata.
* Efecto Cuatro: La horrible mutación corporal
Ya vamos más de dos semanas que dejamos de fumar, ya en vez
de llevar un atado en la mochila llevamos 2 paquetes de los chupetines Baby
Doll y 10 blíster de Beldent. Empezamos a sentir que nuestro cuerpo se prepara
para liberar todas esas toxinas que durante años ingresamos en nuestro cuerpo,
pero esto no va a ser ningún chiste de petizos. Primero una asquerosa tos va a
atacarnos, donde en cada ataque estaremos lanzando un pulmón por la boca y si
andamos medios flojos de los intestinos aconsejo apretar las nalgas. Nuestro
cuerpo intenta eliminar todo esto con extraña violencia y sin consideración,
vamos a transpirar por las noches, sentiremos que en algunos momentos nos va a
faltar el aire, nuestras piernas se van a sentir más pesadas y en varias ocasiones
ese frasco de orégano va a parecer la cosa más fumable que jamás vimos en
nuestra vida. Ni se te ocurra empezar un deporte, ya que vas a cuestionarte cómo
es que corrías mas en las épocas que fumabas que ahora que hace 2 semanas que
no tocabas un pucho. Pero esto no termina acá.
* Efecto Cinco: Empezamos a salir
Un amigo nos invita a un bar a tomar algo, pero claro, como
acostumbrábamos a ir a esos selectivos lugares donde todavía te permitían fumar
en su interior, preferimos ir a otro donde no dejaban fumar. Una vez que
llegamos nos sentamos, pedimos una cerveza y comenzamos a notar como de lo
único que podemos hablar es de que dejamos de fumar, nuestro cerebro no puede
procesar otro pensamiento que no sea ese, al punto de que hace 10 minutos que
intentamos tomar cerveza del platito donde el mozo te había llevado el maní, preguntándote también a donde fue a parar el mani.
Recordas que tus mayores relatos y reflexiones fueron realizados con tu
compañero cigarrin bailando al ritmo de tus manos, pero ahora no tenés nada. Por
algún extraño motivo alguien prende un cigarro y nadie lo detiene, esto provoca
una reacción en cadena y sorpresa, 20 personas te fuman alrededor. Dejas 15 para
la birra, te tomas un taxi y te vas a llorar a tu casa hasta quedarte dormido.
*Efecto Seis: No podes pensar en otra cosa
Cuando fumas te olvidas de que fumas, pueden pasar 3 horas
que no te fumaste un pucho de colgado que no pasa nada, total apenas te acordas
encendes uno. Pero ahora no, dejaste de fumar y cada minuto en tu vida te
recuerda que en tus viejas épocas ahora estarías fumando.
* Efecto Siete: Por algún motivo estas del orto, ahora qué?
Todo fumador tuvo un motivo por el cual se inicio en este
vicio, y el 80% de los casos oculta algún problema de nervios o similar entre
cada una de sus pitadas. Si sos de este porcentaje te invito a seguir leyendo,
si sos del otro 20% no se para que leíste todo lo que acabo de escribir, anda a
fumar tus asquerosos Philip Morris o cigarros de mentando pensando que te hacen
ver “Cool”.
Algo paso en tu vida y de golpe estas de mal humor, te
pusiste nervioso, te fue mal en un parcial, a tu novia no le viene hace una
semana teniendo en cuenta que hace un mes que no la ves o cualquier otro
problema danza en nuestro cerebro, lo primero que recordamos es que en ese
momento encendíamos un cigarro, ahora no tenemos nada que hacer. Los métodos de
autocontrol normales no funcionan sobre nosotros, ganas de masturbarnos en ese
momento no tenemos, así que lo único que ocurre es sentirnos aun peor no
solamente por el hecho de que algo malo nos paso, sino de lo pelotudos que
somos que dejamos de fumar. Nuestra misión camina sobre la cuerda floja.
|
Fumando con estilo. |
*Efecto Ocho: La vida va a intentar todo para que volvamos a
fumar.
Hace un mes que dejamos, nuestro cuerpo funciona peor que
antes, nuestro cerebro no quiere trabajar, no tenemos noción de cuándo fue la
última vez que dormimos y el ultimo recuerdo lucido que recorre nuestra mente
es como empezamos golpear a una pobre vieja
en la parada del colectivo porque nos tiro humo en la cara. Pero esto no nos lleva solo a las situaciones malas, ya que sabemos que en los momentos de alegría y jubilo disfrutábamos de encender un puchin para celebrar, desde algo tan básico como un abrazo, a que le metan 10 goles a Racing de visitante. Todo inevitablemente nos lleva a eso, lo extrañamos, no podemos ignorarlo.
|
Quien fue el idiota que dijo que dejar de fumar es fácil. |
* Efecto Nueve: Welcome back
Te levantaste decidido en que este iba a ser el mejor día de tu vida luego de que decidiste dejar de fumar, te pegas el baño mas hermoso del mundo, te vestís para la ocasión, salís al exterior corriendo al kisco y te compraste 3 atados,
bienvenido de nuevo, te extrañabamos.